Dormir es la mejor terapia
La ciencia del sueño no solo está presente en los laboratorios, sino también en el cine. En cualquier caso se refiere al mundo onírico como refugio de la vida cotidiana.
El placer de dormir va más allá de un descanso de los músculos o de una manera de pasar el tiempo… Además, es muy buena para nuestra salud emocional.
Durante la fase REM entramos en una “terapia” o una especie de bálsamo que atenúa poco a poco hasta eliminar los recuerdos dolorosos de esa jornada.
Cuando nos acostamos y dormimos, el sueño pasa por diferentes etapas. Sin embargo, en esta en particular, la actividad cerebral es similar a la de la vigilia.
Los ojos se mueven rápidamente (aunque los tengamos cerrados), captamos mucha información de nuestro entorno y soñamos. No obstante, también es el momento en el que estamos más relajados.
En esta fase la química generada por el estrés (producto de las experiencias emocionales de la jornada) se va reduciendo mientras el cerebro va procesando las situaciones negativas.
Posteriormente, los problemas se atenúan y la fuerza emocional se suaviza.
Puesto que los seres humanos pasamos la tercera parte de nuestra vida durmiendo no es extraño comprender por qué es tan importante el descanso.
La fase REM es aquella que además de atenuar las emociones regula el humor, mejora la memoria y fija el aprendizaje.
Además, esta etapa se produce un gran descenso de los niveles de norepinefrina, una de las sustancias químicas relacionadas al estrés.