5. Ciruelas y otras frutas deshidratadas
Los damascos, los duraznos y las ciruelas contienen una cantidad azúcar natural elevada y, al presentar una consistencia viscosa, pueden pegarse a los dientes y dañar el esmalte como si se tratara de una golosina.
Por ello lo mejor es comerlas con moderación, y lavar los dientes dos veces al día para eliminar todos los restos que pueda haber adheridos a ellos.
En cualquier caso nunca habrá que cepillarse nada más ingerirlas o puede ser contraproducente.
6. Galletas saladas
Algo que muchas personas desconocen y que, sin embargo, es igualmente importante, es el daño que la sal puede producir sobre el esmalte ya que tiene el mismo efecto que el azúcar.
La sal concentrada de los alimentos procesados, como las patatas fritas y las galletas saladas, es muy corrosiva para el esmalte de nuestros dientes, por lo que hay que tener bastante precaución con este tipo de alimentos.