8. No ponerte crema
La piel es la barrera que te protege del entorno y atenderla es cuidar una parte fundamental de tu cuerpo.
Las agresiones externas producidas por el sol, el aire y todo tipo de agentes químicos y ambientales hacen que tu piel sufra y se reseque. Por ello hay que prestar una especial atención a su nivel de hidratación. El uso de crema no sólo mejora la consistencia de la epidermis, sino que además mantiene la humedad, contribuye a la regeneración de células, proporciona vitaminas y otras sustancias esenciales e incrementa la elasticidad.
Ya lo sabes, toma nota y elimina estos malos momentos de tu rutina diaria. Tu cuerpo y mente te lo agradecerán.