2. Buena alimentación
Las grasas trans que ingerimos en comidas chatarra, golosinas y alimentos refinados hace que nuestros riñones se sobrecarguen, por lo tanto, interviene en su normal funcionamiento.
Es de suma importancia no consumir en exceso azúcares y todo aquello que produzca un exceso de toxinas en el cuerpo.
Una alimentación basada en frutas, vegetales, cereales, granos y alto contenido de fibra es la mejor opción para cuidar de estos órganos tan importantes.
3. Tomar agua
El agua es fundamental para el organismo. Es la responsable de ayudar a nuestros riñones a disolver y eliminar más fácilmente las toxinas y desechos que acumulamos.
El no consumir suficiente agua los “reseca”, hace que absorban más toxinas y evita su expulsión del cuerpo.
La falta de agua en el cuerpo es causante de la retención de líquidos y esto se debe a que los riñones no están liberando la cantidad de agua que deberían, es decir que no están funcionando correctamente.
Se recomienda tomar entre 1,5 y 2 litros de agua durante el día.
No obstante, esta cantidad puede variar en función de cada individuo, ya que se debe tener en cuenta también la condición física, así como las actividades que realicen.