El trauma de la niñez de algunas personas aparte de los payasos eran las estatuas.
Imaginen que de noche cobraban vida y despedazaban al que se atrevía a caminar solo por los parques, a altas horas de la noche.
1. El beso de la muerte – Cementerio de Poblenou, Barcelona, España
2. Lucifer – Westminster, Londres, Reino Unido