6. Tu cuerpo es más joven de lo que piensas
Puede que pienses que por cada día que pasa, eres un poco más viejo. En absoluto, siempre estamos cambiando: hasta los órganos cambian sus células y composición, nada de lo que somos ahora sigue siendo igual a cuando nacimos.
De ese modo, y gracias a la renovación celular, nuestro cuerpo siempre va a ser más joven que el tiempo que vivimos. Pero, eso sí, tal vez poco a poco pierdan algo de su flexibilidad, de su frescura… de ahí las incómodas arrugas. No todo podía ser perfecto.