¿Te sobró comida que ya no vas a comer y no quieres guardarla para mañana? Tirarla a la basura no debería ser tu primera opción. ¿Por qué? Porque que todos hagamos lo mismo hace que hoy, en el mundo, cada año se desperdicien alrededor de 1300 millones de toneladas de alimentos; siendo que cerca de 925 millones sufren hambre. Además, al tirarla a la basura también desechas algo que no ves: los recursos invertidos para hacerla.
Para cambiar esto puedes: si la comida está en buen estado, obsequiarla a alguien que pueda necesitarla (una persona en situación de calle, por ejemplo); o si son solo restos, usarlos para crear tu propio compost en casa que no es nada difícil y te servirá como abono para las plantas, además de que estarás ayudando a reducir la cantidad de desechos que se tiran a la basura.
Además, el compost te ayudará a separar los residuos en tu casa: los desechos orgánicos, del vidrio, el papel y el plástico.